Disclaimer: Candy Candy y todos sus personajes pertenecen a Kyoko Mizuki, las imágenes a Yumiko Igarashi y el anime a Toei Animation.
Nota: Este capítulo está ligeramente basado en la versión del manga y un poco en la Historia Final de Candy Candy.
Mi agradecimiento a aquellas a quienes les ha gustado mi historia y en especial a aquellas que se han tomado el tiempo de escribir sus comentarios. Su apoyo y aliento me han motivado a seguir escribiendo. Gracias.
Nuevamente, gracias mi amiga, SweetCandyAndley!
-Ms Puddle
Capítulo 7: Correspondencia
Lo siguiente que supo Candy, Pouppe estaba bajando las escaleras a toda velocidad como si la mascota favorita de Albert supiera lo que estaba ocurriendo. Candy se preguntaba si Pouppe sabría dónde encontrar a su amo, por lo que la rubia siguió inmediatamente a la mofeta hacia la calle. Albert no se encontraba a la vista, sin embargo, la calle estaba desierta y oscura. Con la mofeta corriendo a sus pies, Candy era la única persona caminando y podía escuchar sus propias pisadas.
Ella esperaba poder encontrarse con él de nuevo al girar en cualquier esquina, tal como lo había hecho cuando apareció de la nada en Londres. En este momento, sus últimas palabras antes de desaparecer regresaron a su mente, No tengo excusa. Sé que tu corazón le pertenece a Terry, así lo que te hice estuvo completamente mal…
Recordando el dolor evidente en su voz, ella sintió cómo se le estrujaba el corazón. Además, la acechaba su mirada angustiada cuando una lágrima rodaba por su mejilla.
Oh, Dios, por favor no permitas que nada le pase a Albert… Es mi mejor amigo, mi hermano y mi confidente. El me cuidó siempre que lo necesité, y estuvo dispuesto a protegerme a cualquier costo… incluso su propia vida… dijo que no podía soportar verme herida.
Ella sabía que no habían sido sus palabras las que la habían conmovido profundamente. Habían sido sus acciones las que hablaban más fuerte que las palabras. Utilizando su propio cuerpo como escudo, él pudo haber perdido la vida si las garras del león le hubieran perforado sin piedad el corazón esa mañana. Con lágrimas en los ojos, ella se culpaba a sí misma, Albert, ¿cómo pude haber sido tan ciega? Nunca lo sospeché…
Era conmovedor; de manera inconsciente lo había estado lastimando por quien sabe cuánto tiempo. Entonces recordó aquel momento durante la cena de su cumpleaños cuando le relató a Albert acerca de Terry; y en retrospectiva, comprendió por qué había sentido cierta incomodidad en él. También se preguntó cómo se habría sentido Albert al regresar anoche a casa y encontrarla durmiendo sobre los periódicos dispersos. Aun así, él había limpiado mis lágrimas con ternura después de recostarme en la cama… Soy una persona terrible… No merezco su amor…
Con todas esas emociones mezcladas en su interior, su esperanza empezó a esfumarse cuando se dio cuenta de que su búsqueda desesperada no tenía resultados. Sus pies y sus piernas le estaban fallando, y sintiéndose desalentada y exhausta, repentinamente pensó que Albert podría ya estar en casa. Si regresa a casa ahora, podría preocuparse por mí. Será mejor regresar.
Con ese pensamiento en mente, recogió a Pouppe y se apresuró con la esperanza renovada. Para su decepción, cuando entró en casa, aún estaba en silencio y vacía. Inconscientemente, apretó a Pouppe en sus brazos. Albert, ¿a dónde has ido? Me estás asustando ahora…
Mientras tanto, la pequeña criatura parecía temerosa también, acurrucándose más cerca de Candy, por lo que la joven susurró, “No te preocupes Pouppe. Esperaremos hasta que Albert llegue a casa.” Ella intentó ser fuerte y decidió sentarse en la mesa del comedor a esperarlo.
No mucho tiempo después, los pensamientos de Terry se deslizaron en su mente. Su determinación de buscar a Albert en su propio vecindario había ensombrecido su pena por Terry:
Terry… Jamás olvidaré aquella noche de invierno en la azotea. La forma en que te apresuraste desde la premier por Susanna, y cómo la cargaste para llevarla a su habitación. Terry, nunca te culparía por escogerla en lugar de mí. Ella es una mujer hermosa y maravillosa, y más que nada, te ama y te necesita. Quiero que ambos sean felices, así que dejé Nueva York, creyendo que podría olvidar.
¿Por qué desapareciste, Terry? Todavía recuerdo tus últimas palabras. Dijiste, “Sé feliz o no te lo perdonaré…” Te pedí que me hicieras la misma promesa. Pero entonces no estás cumpliendo tu palabra. ¿Cómo podrías realizar tu sueño de esta manera?
Entonces, regresó al presente. Se abrazó a sí misma sintiendo frío. En ese momento cómo deseaba que Albert estuviera con ella. Extrañaba su abrazo afectuoso justo ahora. Él había intentado consolarla, contándole acerca de sus planes a futuro después de mudarse. Después de eso, su confesión apasionada y su beso dulce habían sido como un sueño para ella. Las cosas sucedieron muy rápido esta noche, y antes de que pudiera procesar los hechos en su cabeza, Albert se había ido.
Sin embargo, debía confesar que en el momento en que él había besado su frente, ella pudo sentir su profundo afecto hacia ella. El simple hecho había hablado por sí mismo y la había conmovido profundamente, y sin pensarlo, había cerrado los ojos. El instante en que sus labios cálidos habían cubierto los de ella, se sintió tan amada y apreciada. El tierno sentimiento que se había generado en su corazón era innegable, como si algo en su interior hubiera revivido.
En otras palabras, inconscientemente ella había aceptado su beso, a diferencia de su primer beso cuando no había estado completamente preparada. Por otra parte, algo debió pasarle a Albert en ese preciso instante, lo que ocasionó que se detuviera abruptamente. Verdaderamente arrepentido, no sólo había derramado lágrimas sino que salió disparado después de su disculpa sincera.
Parecía que el día que más temía había llegado. Su compañero había desaparecido en el aire. Con nuevas lágrimas que inundaban sus ojos, ella se preguntó si acaso él no regresaría. Aun así, se forzó a alejar sus pensamientos negativos, rogando por que el aire fresco le hiciera bien a él. Albert, por favor regresa conmigo… y hablemos.
Momentos más tarde, sus párpados se sintieron pesados y más pesados; se quedó dormida en la mesa poco después. Cuando despertó de nuevo en medio de la noche, las luces estaban apagadas, y ella estaba cubierta con una manta. Creyendo que Albert había regresado con ella, se apresuró a sentarse y a llamarlo en voz alta con esperanza. Sin embargo, sólo el silencio le respondió y pronto descubrió una nota cerca del florero sobre la mesa del comedor. La levantó con manos temblorosas, y con el corazón latiendo desesperado, encendió la luz para leerla:
‘Querida Candy,
En verdad me arrepiento por mi comportamiento de esta noche, por favor perdóname. Necesito un tiempo a solas para mí mismo. ¡Gracias por tu comprensión! Cuando esté listo, volveré a verte. Mientras tanto, recuerda cuidar de ti misma.
Tuyo,
Albert.’
Leyó su breve nota una y otra vez hasta que su visión se nubló con lágrimas cálidas. Sólo entonces entendió que Albert ya se había mudado. Cuando revisó por el departamento sólo para asegurarse, comenzó a enfrentar la realidad de que una vez más estaba sola, lo que hizo que sus piernas flaquearan. Como era de esperar, sus pertenencias ya no estaban ahí. Incluso Pouppe se había ido. En ese instante, de dejó caer al suelo, permitiendo que sus lágrimas brotaran como la lluvia.
(Empieza el flashback…)
Albert corrió tan rápido como pudo pero no tenía idea de a dónde se dirigía. Se sentía indescriptiblemente enfadado y decepcionado consigo. Entonces se dio cuenta de que había llegado inconscientemente al parque dónde el león los había atacado esa mañana. Lentamente caminó hacia el árbol dónde Candy había tropezado. Mientras acariciaba la corteza del árbol, en su mente repitió las escenas del momento antes y después del ataque del león. Un pensamiento deprimente asaltó su mente, el león debió haberme matado hoy… al menos habría muerto protegiendo a Candy…
Asombrado por su propio pensamiento negativo, no se dio cuenta de que alguien se aproximaba a él. Por lo que se sorprendió al escuchar una voz masculina a su espalda, “Albert, ¿eres tú?”
Se giró lentamente y se topó con el Dr. Martin quien estaba parado cerca de él, sosteniendo una lámpara de aceite. Albert le preguntó dubitativamente, “¿Dr. Martin? ¿Por qué está aquí a esta hora de la noche?
Entonces el médico le explicó con una sonrisa tímida, “Me quedé dormido después de beber mucho whisky hoy…” Hizo una pausa, notando el gesto adolorido en el normalmente atractivo rostro. Después continuó hablando, “Sé que es muy tarde, pero salí a tirar la basura. Fue cuando me pareció ver una figura conocida…”
La voz del médico se desvaneció mientras observaba con escrutinio las facciones del joven. Entonces insistió, “Albert, dime. ¿Qué ha pasado?”
El joven se acercó a él. “No quisiera molestarlo, doctor.”
El doctor lo tomó del brazo de todas formas. “Ven conmigo, Albert. Hablemos.”
Sintiéndose más que conmovido, Albert lo siguió sin dudar, sin embargo permaneció en silencio durante el camino hasta que estuvieron dentro de la clínica. Albert dejó escapar un profundo suspiro, sin poder creer que había estado en la clínica ya tres veces en el día.
Obviamente, el joven tenía sus sentimientos encerrados en su interior, y el Dr. Martin le dirigió una breve mirada antes de preguntar, “¿Quieres un trago o algo?”
Albert negó con la cabeza, viéndose más desconsolado que nunca, por lo que el médico decidió dejarlo en paz. Después de unos momentos de dedicarse a hacer sus cosas, el médico le preguntó con calma desde la distancia, “¿Candy se encuentra en casa? ¿Está bien?”
El joven asintió una vez y después negó con la cabeza. “En realidad, no lo sé.”
Un silencio incómodo llenó la habitación después de que habló. Su voz no pudo haber sonado más ansiosa. Por lo tanto, el Dr. Martin regresó a su lado y tomó asiento junto a él. “¿Qué te preocupa? ¿Te importaría contarme?”
Albert lo miró con el entrecejo fruncido, aparentemente luchaba por encontrar las palaras. El médico suspiró profundamente antes de alejarse del joven. Inesperadamente, Albert rompió finalmente el silencio, “Dejé que mis emociones tomaran el control de mí. La besé.”
Habiendo dicho eso, se cubrió el rostro con las manos. No era necesario decir que el doctor estaba asombrado con su confesión, y que no pudo evitar preguntar, “¿Entonces, te dio una bofetada?”
“No,” murmuró, negando con la cabeza.
El doctor estaba aún más perplejo que antes, inclinó la cabeza y cuestionó, “Entonces, ¿qué es lo que te preocupa, mi paciente?”
Albert descubrió su rostro y comenzó, “Anoche cuando llegué a casa… de hecho, algo similar ocurrió esta noche… Cuando llegué a casa, ella estaba llorando con dolor aunque su ruptura fue hace meses. No cabe duda que aún no lo ha superado… no, me equivoqué. Ella todavía lo ama, debo decir…”
Su voz se fue apagando gradualmente hasta que fue inaudible. Conforme el doctor le daba una palmada en el hombro, el joven continuó su relato, el motivo por el que Candy fue despedida del hospital y su correspondiente decisión de mudarse. Sobre todo, la chicha había estado demasiado vulnerable esa noche, y él había sido demasiado impulsivo al mostrarle sus sentimientos de esa manera.
“Como ya le había dicho esta mañana Dr. Martin, Candy siempre me ha mirado como a un hermano mayor, por eso no puedo perdonarme por haberla besado en su momento de mayor debilidad. He deshonrado su confianza.”
El doctor asintió en silencio, con una expresión considerada. Ninguno dijo nada después, pero al cabo de algunos minutos el doctor comentó, “Albert, no llores por la leche derramada. Estás siendo muy duro contigo mismo.”
El joven rubio desvió la mirada, continuaba exasperado, pero el doctor preguntó nuevamente, “Entonces si no te abofeteó… ¿cuál fue su respuesta?”
“Esa es la razón por la que me sentí tan molesto,” fue su amarga respuesta. Aún recordaba detalladamente su propia reacción cuando Anna lo había besado. “Supongo que ella no se resistió porque no quería herir mis sentimientos.”
El doctor estaba perdido porque no podía negar la posibilidad, y Albert continuó, “O peor aún, se sentía agradecida por haberla rescatado…”
Sin esperar a que terminara, el Dr. Martin colocó su mano firmemente en el hombro de Albert para interrumpirlo. Entonces mostró su desacuerdo con tono sombrío, “No, Albert. No te denigres de esa manera. Puedo ver con mis propios ojos lo mucho que Candy se preocupa por ti, y creo que sus sentimientos hacia ti son más que fraternales.”
Sus ojos azules se abrieron en incredulidad, pero pronto rebatió con tristeza, “Sí. Sin duda ella se preocupa por mí… pero ella no me ama como una mujer ama a un hombre.”
El doctor no podía refutar sus palabras, pero un breve instante después, una pregunta apareció en su cabeza. “Entonces, ¿dijiste que te estabas mudando?”
El joven asintió. “No estaba planeando mudarme esta noche, pero ahora no creo que pueda regresar y actuar como si nada hubiera pasado entre nosotros dos.”
Sin pensarlo dos veces, el Dr. Martin le ofreció, “Eres bienvenido a quedarte aquí hasta que encuentres un lugar nuevo.”
La amabilidad del médico llegó al corazón de Albert, y aceptó con una promesa, sus resplandecientes ojos parpadearon con humedad, “Dr. Martin, ¡definitivamente le pagaré… algún día!
Conforme el doctor se reía, Albert le dio un abrazo de oso. Entonces el doctor se adelantó a limpiar una esquina de la clínica para el joven paciente, preguntando, “Supongo que ¿irás a casa para informar a Candy?”
El joven atribulado asintió antes de dejar la clínica. Ya era más de medianoche cuando llegó a casa, y no esperaba ver las luces aún encendidas. Además, Candy estaba dormida con la cabeza recargada en sus brazos sobre la mesa del comedor. Rápidamente encontró una manta para pasarla por sus hombros y cubrirla.
Entonces procedió a empacar sus pertenencias. Su mofeta, que había estado durmiendo hasta ese momento se acercó a él y gimió a sus pies. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras la levantaba y sostenía su pequeño cuerpo cerca de su quijada. Mientras ella se le restregaba, le susurró una pregunta, “¿Quieres ir conmigo o te quieres quedar aquí con Candy?”
Pouppe se tensó como si estuviera considerando sus opciones. Entonces la soltó mientras continuaba empacando. Cuando terminó, escribió una nota para Candy y la dejó sobre la mesa del comedor. Antes de dirigirse a la puerta, dio un último vistazo alrededor de la estancia familiar. En ese momento, Pouppe corrió a sus pies de nuevo y se paró en dos patas como si quisiera que la cargara. Rió en silencio mientras recogía a su pequeña mascota y la colocaba sobre su hombro. Entonces observó anhelante a la bella durmiente. Lo siento, Candy. Espero que entiendas por qué debía marcharme esta noche. Ya no puedo pretender que soy tu hermano mayor… no después del beso de esta noche. Por favor dame tiempo… para que podamos volver a ser amigos…
Apagó las luces y cruzó el portal de entrada con el corazón pesado.
(Fin de flashback)
=o=o=o=
Candy se presentó en la Clínica Feliz la siguiente mañana. Tan pronto como vio al Dr. Martín lloró, “Dr. Martin, ¡Albert se ha ido!”
Se veía miserable, y el buen doctor le dio un abrazo paternal. Ella murmuró entre sollozos, “No regresó a casa anoche… ¿y quién cuidará de sus heridas ahora? ¡Estoy tan preocupada por él!”
El doctor la miró directamente a los ojos en un intento de consolarla, “Está bien, Candy.”
Su afirmación la tomó por sorpresa, y repentinamente se dio cuenta de que el Dr. Martin parecía demasiado calmado. Ella lo miró intensamente antes de peguntarle, “¿Qué quiere decir, Dr. Martin? ¿Usted sabe a dónde ha ido?”
El doctor la dejó entrar, y entonces una mochila en la esquina captó su atención. La reconoció en seguida. “Entonces, ¿dónde está Albert ahora? ¡Quiero hablar con él!”
El doctor suspiró y tomó una carta de su escritorio. Conforme se la entregaba a ella, le dijo, “Toma Candy, lee esto. Es de él.” Ella se disculpó apresuradamente y salió de la clínica para leerla afuera.
‘Querida Candy,
Te prometí mantenerme en contacto contigo, así que aquí estoy, escribiendo una carta para ti. Si quieres, responde por favor y recogeré tu respuesta con el Dr. Martin.
Ahora ya debes saber que el mejor médico en Chicago fue tan amable de ofrecerme un lugar en la Clínica Feliz para quedarme hasta que encuentre un lugar propio, y que también cuidará de mis heridas.
Hoy le pediré a Daniel que me ayude a encontrar un lugar. Cuídate bien y recuerda no saltarte las comidas, Candy.
Tuyo,
Albert
p.d. El Dr. Martin tiene mi llave de tu apartamento.’
Mientras leía, su pulso golpeaba como si fuera un tambor en sus oídos. Sin duda, él había decidido evitarla, incluso le regresaba su llave. Apenas podía creer que esto estuviera sucediendo entre ella y Albert. Ellos habían sido amigos cercanos todo este tiempo, y ¿esto era lo que ella se merecía?
Después de un par de minutos, el doctor reapareció. Ella murmuró, sonando devastada, “¿Por qué no podemos hablar frente a frente?”
Notando los círculos obscuros debajo de sus ojos, el doctor sugirió, “Por favor, dale tiempo.”
Su corazón se hundió al escucharlo, ¿darle tiempo para qué? ¿Para que olvide lo que ocurrió o para que se olvide de mí?
Así sin poder evitarlo, lo sacó todo, “Quiero decirle que él es más que un hermano mayor para mí. De hecho, ocupa un lugar especial en mi corazón.”
Como el doctor asintió sin palabras, ella le preguntó tentativamente, “Supongo que ¿sabe lo que ocurrió entre nosotros?”
“Si.” Contestó, mirándola con simpatía.
Entonces ella respiró profundamente para armarse de valor. “Siempre lo había querido a mi lado, pero no me entendía yo misma. No sé si eso significa que lo amo o simplemente estoy acostumbrada a su presencia.”
El Dr. Martin le dijo sabiamente, “Con el tiempo lo descubrirás.”
Candy le regresó una débil sonrisa, pensando, todavía extraño a Terry, y estaba ciertamente destrozada cuando leí las malas noticias acerca de él, pero también estoy confundida con mis sentimientos hacia Albert. Son muy reales, y me duele tanto al saber que se ha ido… Sí, el Dr. Martin tiene razón. Debemos darnos un tiempo para aclarar nuestros sentimientos.
=o=o=o=
‘Querido Albert,
El primer día en la Clínica Feliz ha estado mucho más concurrido de lo esperado. Hubo muchos chiquillos adorables, y ellos me recordaron aquellos días en el Hogar de Pony. Extraño a mis madres y quiero visitarlas. ¿Te interesaría ir allá conmigo un día?
Olvidaste tu taza y el pijama que te regalé. Las lavé, así que por favor ven a recogerlos cuando quieras.
Tuya,
Candy
p.d. por favor, quédate con la llave porque eres siempre serás bienvenido de vuelta. Además, quiero que alguien tenga una llave de repuesto para mí, y tú eres la única persona en quien puedo confiar.’
=o=o=o=
‘Querida Candy,
Lamento no haberte respondido con anterioridad. El Dr. Martin me dijo que no te ves muy bien. ¿Has estado saltándote las comidas? He pasado mi tiempo libre buscando algunas recetas sencillas para que las pruebes, y la mayoría de ellas requieren menos de 20 minutos para prepararlas.
¿Adivina qué? ¡Daniel se casará en menos de un mes! No sabía que estaba comprometido. Ayer conocí a Grace, su prometida. Han rentado un departamento como su nuevo hogar, así que Daniel se mudará primero para acondicionarlo, y me ofrecí a ayudarlo. Como resultado, su habitación actual estará disponible pronto, por lo que me dijo que podía mudarme en cualquier momento siempre y cuando no me moleste su desastre por ahora. El lugar es muy pequeño, pero es suficiente para mí, porque como sabes soy un hombre de pocas necesidades. Por lo tanto, ya he firmado el acuerdo de arrendamiento con su casera.
¡Cuídate bien!
Tuyo,
Albert’
=o=o=o=
‘Querido Sr. Chef,
¡El Dr. Martin me dijo que acabas de ser promovido a Chef Junior! ¡Felicidades, Albert! ¡De verdad estoy muy feliz por ti! ¿Eso significa que ahora trabajas en el turno nocturno?
Noté que ya te mudaste de la Clínica Feliz. ¿Cómo podré contactarte ahora? ¿Cuál es tu nueva dirección?
Todavía no recoges tu taza ni tu pijama. ¿Adivina qué? Mientras hacía la limpieza ayer, encontré tu vieja navaja bajo el lavabo del baño. La he limpiado para ti, por si acaso. También me alegró que finalmente hayas aceptado quedarte con la llave.
Tus recetas son muy sencillas y directas, así que gracias por el gesto. Estoy siendo una buena chica hasta ahora con la cocina, y aún no he quemado nada. ¿Acaso te escuché decir “increíble”? Por eso me doy una buena palmada en el hombro. ¿Me darías una cuando nos volvamos a ver?
No me veo bien porque no he podido dormir bien. ¿Alguna buena sugerencia?
Tuya,
Candy’
p.d. ¿Están sanando bien tus heridas?
=o=o=o=
‘Querida Candy,
¿Cómo va la vida hasta ahora?
Sé que debí haber contestado antes, pero Daniel necesita mi ayuda, y no había tenido tiempo de ir a la Clínica Feliz a recoger tu carta después de mi turno.
A Pouppe y a mí realmente nos gusta nuestro nuevo hogar, sobre todo ahora que Daniel ya se ha mudado. Creo que Pouppe te extraña porque con frecuencia observa la puerta como si esperara que vinieras. Por ahora, por favor envíame tus cartas al restaurante. Podrás encontrar la dirección en el reverso del sobre.
Mis heridas están sanando extremadamente bien y finalmente puedo hacer lagartijas o sentadillas sin sentir dolor. Gracias por preguntar.
¿Has estado durmiendo mejor, Candy? Si no, toma una taza de leche caliente antes de acostarte, seguro que servirá.
Tuyo,
Albert’
=o=o=o=
‘Querido Albert,
¿Cómo va tu trabajo en el restaurante? No trabajes demasiado, Albert. El Dr. Martin me dijo que trabajas más horas ahora.
Por favor dale mis saludos a Daniel y a Grace. ¿Cuándo es su boda? ¿Te invitaron a asistir?
Me alegra saber que has vuelto a tu rutina de ejercicios. Supongo que ¿ya estás corriendo diariamente también?
Sí, al parecer tomar una taza de leche caliente antes de dormir ayuda, pero frecuentemente despierto en medio de la noche.
Estoy acostumbrándome a vivir sola, pero el departamento es tan silencioso sin ti y sin Pouppe.
Tuya,
Candy’
=o=o=o=
‘Querida Candy,
Daniel y Grace se casarán dentro de dos semanas. Se me acercó ayer y me preguntó si podía ser su padrino. ¡Me sorprendió mucho! Entonces me dijo que su padrino se fracturó una pierna en un accidente, así que tenía que encontrar un remplazo. Me eligió porque su amigo tiene una complexión física similar a la mía en cuanto al cuerpo y la altura, así que el traje que se había mandado a hacer podría quedarme con algunos ajustes mínimos. Creo que lo intentaré, pero también le advertí que no tengo experiencia en esos asuntos, y que no estaba seguro de ser de mucha ayuda. Ya estaba agradecido por el hecho de que lo consideraría.
¿Todavía quieres más recetas? Podría copiar otras para ti.
Por favor prométeme que te cuidarás bien.
Albert’
=o=o=o=
‘Querido Sr. Padrino,
¿Entonces ya aceptaste ser el padrino de Daniel? ¿Te gusta tu nuevo traje? Nunca te he visto usando uno antes para ser honesta. En todo caso estoy segura de que podrás ayudar a Daniel en su gran día.
Ayer fui a la Mansión Andley para encontrarme con Archie, Annie y Patty. Antes de que los encontrara, me topé con Neil. Me tomó del brazo y me ofreció su ayuda para encontrar un trabajo. Estaba tan enojada que me le quedé mirando fijamente y retiré su mano de inmediato. Le dije que no necesitaba su ayuda. Si no hubiera sido por él, tú y yo estaríamos viviendo felices juntos.
Patty leyó una carta de Stear con nosotros. Conoció a un joven piloto francés llamado Domi, y ambos se juraron lealtad y amistad en la vida y en la muerte. También prometió que cuando la guerra termine, nos presentará a Domi. ¿Crees que Stear regresará con nosotros algún día? Sinceramente, eso espero.
Archie me preguntó acerca de Terry, y les dije que no sabía de él hasta hace poco. Albert, creo que nunca tuve la oportunidad de decirte esto, pero quiero que sepas que no te culpo por haberme ocultado las noticias de él. Para nada. Entiendo completamente tu manera de pensar al respecto.
También les informé que me despidieron del hospital, gracias a Neil, y que ahora trabajo en la Clínica Feliz. Se impactaron con la noticia de que ya no vives conmigo para salvar mi reputación. Han pasado tantas cosas durante su ausencia, pero ellos te envían sus saludos. Creen firmemente que puedes cuidar de ti mismo, pero están preocupados por mí.
Los extraño mucho, a ti y a Pouppe,
Candy’
=o=o=o=
‘Querida Candy,
Ayer visité al Dr. Martin. Dice que te ves cansada y un poco delgada. ¿Estás bien? Dijo que te ha pedido que descanses, pero en lugar de hacerlo has trabajado muy duro y que los chicos te adoran. Candy, sé que eres una enfermera excelente, pero recuerda también cuidar de ti misma.
La boda de Daniel es la próxima semana, y comienza a ponerse nervioso. Sí, ya regresé a mi rutina de ejercicio, y he logrado que Daniel me acompañe por su propio bien. Oh, olvidé decirte que el traje me quedó algo apretado, pero con unos ajustes, ahora me queda muy bien.
Anoche, finalmente conocí a la dama de honor, Charlotte, quien es la hermana más joven de Grace. También tiene el cabello rubio como el tuyo, Candy, pero sus ojos son azules.
Es verdad que trabajo más horas ahora, y como principalmente en la cocina del restaurante durante mis descansos. Para ser honesto, preferiría ir a casa y cocinar una cena adecuada para mí. Veré si después puedo negociarlo con el Chef principal.
Me alegra saber que Stear está bien en Francia y que ha hecho un buen amigo. La amistad es importante, así que creo que deberías ver a Archie, Annie y a Patty más seguido. Por favor, también salúdalos de mi parte.
En cuanto a Terry, desearía tener el poder de rastrearlo para que ustedes pudieran encontrarse. Sé que todavía se aman, así que si pudieran verse, las cosas podrían arreglarse entre ustedes dos.
Pouppe te extraña, y yo también,
Albert
p.d. Encontrarás algunas recetas más adjunto a esta carta, espero que te sean útiles.’
Candy terminó de leer la carta de Albert, y le pareció inconcebible que él deseara poder ayudarla a encontrar a Terry para que pudieran reunirse de nuevo. Sí, ella querría encontrarse con Terry para animarlo, pero ¿qué quiso decir con “las cosas podrían arreglarse entre ustedes dos”? Por mucho que extrañara a Terry, no se arrepentía de su decisión de dejarlo. En lo profundo de su corazón, ella sabía que Terry debía regresar al lado de Susanna, y además, ella le había prometido a Susanna no volver a verlo. Pensó que Albert lo sabía, pero era obvio que no.
=o=o=o=
‘Querido Sr. Ocupado,
Hoy recibí mi pago del Dr. Martin, y es más de lo que esperaba. Después de escuchar algunas advertencias de mi parte, finalmente se dio por vencido y me dijo que tú le habías dado dinero para que me lo hiciera llegar. También me informó que le habías pagado por su amabilidad.
Albert, ¿por qué estás haciendo esto? ¿Es por eso que estás trabajando más horas?
No tomé el dinero, y lo dejé con el Dr. Martin.
Tuya,
Candy
p.d. ¿Es bonita Charlotte?
=o=o=o=
‘Querida Srita. Pony y Hermana María,
Espero que esta carta las encuentre con bien y con salud. ¿Cómo está el Hogar de Pony?
Les escribo esta carta para informarles que me siento totalmente confundida e infeliz. Creo que nunca les he escrito acerca de un hombre llamado Albert…’
Candy continuó presentándolo ante sus madres adoptivas y todas las razones por las que ellos empezaron a vivir juntos pretendiendo ser hermano y hermana hasta el pasado otoño. También les explicó por qué había tenido que terminar con Terry, el dolor que había experimentado después de eso y cuánto significaban para ella la presencia y el apoyo de Albert.
‘…Entonces el Dr. Leonard en el Hospital Santa Juana se enteró acerca de Albert y de mí. Me despidieron por mi supuesto comportamiento escandaloso. Queridas madres, estoy segura de que ustedes confían en su hija, ¿verdad? Albert y yo somos inocentes, y nunca hemos hecho nada inapropiado.
Desafortunadamente, Albert decidió mudarse para proteger mi reputación, y justo antes de que se fuera, descubrí que está enamorado de mí, y que lo ha estado por un tiempo ya. Nunca lo supe porque él había suprimido sus sentimientos, asumiendo que mi corazón le pertenece a Terry.
Es por eso que me siento terrible. Ni siquiera comprendo mis propios sentimientos. Han pasado meses desde mi ruptura con Terry, pero aún no lo puedo olvidar. Recientemente, me di cuenta de que había renunciado a su trabajo y que ha desaparecido. Lloré porque probablemente aún se culpa a sí mismo, y por alguna razón, no parece muy feliz con Susanna.
Albert sabía de mis miserias. Él ha sido muy comprensivo y me ha apoyado, pero ahora se ha ido de mi vida, he pasado numerosas noches de insomnio extrañándolo terriblemente. Extraño el tiempo que pasamos juntos viviendo como hermano y hermana, cuando podía escuchar su voz y ver su sonrisa todos los días. Se ha mantenido alejado de mí a propósito, lo que lastima mis sentimientos más de lo que puedo decir.
¿Lo extraño porque lo amo? ¿O simplemente extraño su compañía? Pero una cosa es segura. Albert ocupa mis pensamientos mucho más de lo que Terry lo hace estos días. Madres, ¿qué se supone que debo hacer?
Continuaré orando por ustedes y por los niños del Hogar de Pony. Por favor, oren por mí también, para que pueda abrir mis ojos y comprenderme mejor.
Su atribulada hija,
Candy
p.d. Sé que esta carta es muy larga y está borrosa en algunas partes. No pude controlar mis lágrimas mientras la escribía. Espero que puedan leerla.’
Candy no se había dado cuenta que había escrito varias hojas, y cuando releyó su carta, pensó que su escritura apenas era legible. Sus lágrimas habían esparcido la tinta aquí y allá. Al final, decidió no enviarla, y la guardó en el fondo de su cajón.
Ya era hora de dormir, y parte de su rutina era mirar el retrato que había hecho Anna de Albert. Después de que él la dejara, ella había tenido dificultad para quedarse dormida porque extrañaba mucho su presencia. Una noche, encontró esos retratos preciosos, y desde entonces se había convertido en su ritual observarlos antes de acostarse. Además, después se había dado cuenta de que al abrazar su almohada mientras se acostaba en su cama parecía proporcionarle la serenidad, y finalmente podía dormir por más tiempo y más profundamente estos días.
=o=o=o=
Cuando Candy llegó a casa de la Clínica Feliz la noche siguiente, estaba nuevamente vacío y oscuro, como siempre. No disfrutaba mucho del aislamiento pero gradualmente se estaba acostumbrando a esta soledad. Mantenía la esperanza de que un día Albert apareciera porque le había prometido que lo haría. Por ahora, al menos hoy había recibido una carta de él, y una vez que se sentó, la abrió con impaciencia.
‘Querida Candy, la chica de corazón amable con caireles dorados,
El dinero que le pedí al Dr. Martin que te entregara no era mucho, pero era mi muestra de agradecimiento por lo que has hecho por mí desde el primer día en que nos vimos en el hospital. Candy, en verdad estoy agradecido de haberte conocido en mi vida.
Con gratitud,
Albert’
Candy no podía describir su decepción después de leer esta carta. Sentía ganas de llorar, no porque la carta fuera breve, sino porque sonaba como un cierre para ella. Ella no estaba en lo absoluto interesada en su dinero, y no comprendía por qué él había insistido. Preguntándose que estaría pensando él, rápidamente tomó una pluma y empezó a escribir.
‘Querido Albert,
Sé que has estado evitándome, y ya ha pasado casi un mes desde la última vez que te vi. Honestamente, tu última carta me molesta mucho, y me suena a una despedida. Albert, ¡no quiero tu dinero! ¿Está claro? Preferiría que trabajaras menos y disfrutaras de tu vida.
Me prometiste no decepcionarme, así que, ¿nos veremos pronto?
Tuya,
Candy’
=o=o=o=
Candy no había escuchado de Albert desde entonces, por lo que empezó a temer que la carta había sido en efecto su despedida. Por otra parte, se siguió convenciendo de que como padrino debía estar muy ocupado debido a que la boda de Daniel se aproximaba.
Cuando llegó a casa, ansiosamente revisó su buzón. Esta vez, había una carta en el interior, pero no era de Albert. Aunque se sintió nuevamente desalentada porque aún no le contestaba, de igual forma se sintió feliz de recibir una carta de Anna.
Así Candy se preparó una taza de té y se sentó cómodamente antes de leer la carta proveniente de Nueva York:
‘Querida Candy,
¿Cómo estás? ¿Cómo está tu hermano, Candy? ¿Albert está bien?
A mí me va muy bien, y verdaderamente ¡disfruto de mi nueva vida! Trabajo con algunos artistas mayores aquí. Son inesperadamente amigables, y aprendo mucho de ellos. Mi trabajo consiste en dibujar posters para varias obras en Broadway, así que puedo conocer muchos actores y actrices famosos.
¿Recuerdas que te dije que recibí un enorme regalo de tu hermano? ¿Albert te ha dicho algo al respecto? Intenté decirte esto antes de dejar Chicago, pero mejor decidí escribirte. Así que, ¿quieres saberlo ahora?’
Candy tuvo que detenerse aunque se moría de ganas por saber que era exactamente lo que Albert le había dado a Anna aquel día. Él había actuado de manera inexplicable y extraña esa noche, e incluso había admitido que le ocultaba algo debido a la privacidad. Por alguna razón, ahora que Candy al fin podía conocer la respuesta directamente de Anna, se sintió excepcionalmente ansiosa, y tuvo que respirar profundo para tranquilizarse.
‘Cuando lo vi en la tienda esa noche, le dije que quería despedirme de él. Estaba muy sorprendido en verdad. Candy, te agradezco nuevamente por mantener tu promesa de no informarle con anticipación acerca de mi decisión.
Así le pregunté si podíamos platicar en otro lado sin estar rodeados de otras personas. Él estuvo de acuerdo y me siguió al parque en nuestro vecindario…’
Candy se puso más nerviosa y estaba intranquila. Ahora entendió por qué Albert había terminado en el parque, pero ¿cómo pudo haber preparado un enorme regalo para Anna si no tenía idea de que ella se iría?
‘… Después de platicar, descubrí que él siempre supo acerca de mis sentimientos, pero me dijo con franqueza que él no era el chico adecuado para mí y me dijo que yo merecía a alguien más. Empecé a llorar, y me dio su pañuelo…’
Candy pensó, ese no puede ser su regalo de despedida…
‘… Entonces le rogué que fuera honesto conmigo, y le pregunté si estaba enamorado de alguien más. No lo negó, pero tampoco me dijo nada acerca de esa chica con suerte…’
Las palabras de Anna hicieron que Candy se sintiera mal, al saber que ella debería ser la peor detective del mundo al no percatarse de nada. Sin embargo, últimamente, Candy había sido acosada por un pensamiento depresivo, que Albert ya había continuado sin ella. A pesar de sentirse abatida, Candy tomó su taza de té y bebió antes de continuar con su lectura.
‘… Antes de despedirnos, le pedí un beso de despedida mientras apuntaba a mi frente. Al principio dudó, pero finalmente accedió y estaba a punto de inclinarse hacia mí. Sabía que era mi última oportunidad, así que lo besé…’
“¿Qué? ¿Anna besó a Albert?” Candy exclamó en asombro y accidentalmente derramó su té en su mano.
“¡Ay!” la rubia chilló mientras el líquido caliente resbalaba por su antebrazo. Rápido, puso la taza en la mesa y se sacudió con vigor la humedad de su mano. La incredulidad cruzó por sus venas, y lágrimas repentinas se anegaron en sus ojos, no debido al dolor de la quemadura, sino por la sensación que estrujó su estómago causada por el inicio de sus celos. Se sintió sofocada, como si estuviera atrapada en una habitación sin aire, pero al mismo tiempo, releyó la carta sólo para asegurarse de que había leído bien. Las palabras simples de Anna fueron suficientes para que su corazón palpitara aceleradamente como si se tratara de un tambor furioso, y temiendo lo desconocido, no podía decidirse a continuar leyendo o detenerse. Por lo tanto, caminó por la habitación intentando aclarar sus pensamientos o calmarse. Cuando no pudo continuar reprimiendo la curiosidad que bullía en su interior, respiró profundo y tomó de nuevo la carta.
‘… Por mucho que deseaba que me devolviera el beso, no lo hizo, y sin embargo me alegró que no me alejara. Supe que estaba impactado hasta el fondo, pero espero que no se haya enojado conmigo después…’
Leyendo eso, Candy no pudo evitar dejar escapar una risilla inalterada, y lágrimas de gran alivio rodaron por sus mejillas. Una parte de ella aún ardía en celos, pero una carga pesada se había retirado de su corazón. Al saber que Albert no había respondido al beso de Anna, Candy sonrió y se limpió las lágrimas con el dorso de su mano antes de levantar de nuevo la carta.
‘Candy, ¿también tú estás impactada y crees que no soy una chica decente? Espero que comprendas mis sentimientos. Él es mi primer amor, y he estado enamorada de él durante mucho tiempo. Quería besar al hombre de mis sueños antes de dejarlo para siempre. No me arrepiento de mi comportamiento alocado, y tal vez incluso se lo cuente a mis nietos cuando sea una ancianita algún día.
Por favor dile a Albert que conservaré su pañuelo, y dile que no olvidaré aquella noche en el parque.
Sinceramente,
Anna’
Candy guardó apresuradamente la carta de Anna en el cajón y verificó la hora, pensando, Albert podría estar aún en el restaurante a esta hora, y no voy a seguir esperando que aparezca. ¡Quiero verlo ahora mismo!
Llevada por un deseo innegable de verlo, voló por las escaleras a toda velocidad. Cuando estaba a punto de dejar el edificio de departamentos, escuchó la dulce voz masculina que había extrañado tanto, “Candy, ¿cuál es la prisa?”
Su corazón dejó de latir por un instante, y literalmente se quedó congelada. Cuando finalmente pudo girarse, vio los hermosos ojos azules y la tierna sonrisa que la habían acosado en sus sueños durante las últimas semanas.
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Notas de Autor: En el manga, Albert deja a Candy durante una fría noche de invierno después de escuchar la conversación entre la casera y Candy. Se dio cuenta de que ya era tiempo de dejarla, aunque era obvio que estaba molesto al respecto. Después de que Albert desapareciera de la vida de Candy, ella lo extrañó demasiado, tanto que quería poner sus retratos en todas partes para buscarlo. No solo eso, ella no podía dormir bien por las noches (de acuerdo con la Historia Final de Candy Candy)
En mi historia, solo quería apresurar las cosas un poco mientras Albert continuaba amnésico. Espero que les guste este capítulo, como yo he disfrutado al escribirlo. Sus comentarios son bienvenidos.