No sé si es amor: Capítulo I “Memorias” (Parte 2)
Creí que mi primer encuentro con el Tío Abuelo William sería por siempre el momento más impactante de mi vida. Estaba absolutamente aturdida cuando escuché su voz, aquella voz que podría reconocer en cualquier lugar. Cuando él se puso de pie y se dio la vuelta para estar frente a mí, yo estaba paralizada y estupefacta por decir lo menos importante, mirando fijamente a la familiar silueta contra la deslumbrante luz del sol de la mañana esparciéndose por el solárium.
Cuando mis ojos se fueron ajustando gradualmente a las brillantes condiciones, pude finalmente ver su hermoso rostro, aquel que me había perseguido en sueños. Se miraba deslumbrante en su elegante bata negra con pantalones negros, lo que no podía ocultar su impresionante físico. Su cabello rubio prácticamente resplandeciendo por la luz del sol, sus suaves ojos mirándome.
Intensas lágrimas escaparon de mis ojos mientras asimilaba lentamente el hecho que Albert era aquel que me había adoptado años atrás. Basada en todos mis previos encuentros con él, nunca sospeché que él fuera mi padre adoptivo. Lo había considerado antes como mi hermano mayor, pero nunca como mi padre. Unos momentos después, Albert rompió el silencio disculpándose ya que él me había mentido en el pasado, sonriendo afablemente después de eso. Sin embargo, permaneció de pie en el lugar en que se encontraba, conservando la distancia entre nosotros.
Durante mucho tiempo me quedé muda mientras que mi cerebro todavía estaba procesando la impactante verdad. ¿Cuántas veces había soñado con conocer a mi padre adoptivo? Sólo para descubrir que él era aquel por el que yo había estado suspirando durante los últimos meses. Había también fantaseado muchas veces sobre encontrarme con Albert de nuevo antes de esta reunión, pensando que correríamos a los brazos del otro en señal de júbilo, al igual que lo hicimos la vez en que él me había encontrado en medio de la nada después que yo había escapado exitosamente de Neil.
Ahora mi esperanza estaba desvanecida y poco podía explicar mis sentimientos encontrados. Viendo atrás en mis recuerdos, Albert era quien me había ayudado a pasar por algunas de las etapas difíciles de mi vida. Él siempre había estado ahí para mí, especialmente cuando había estado triste o en problemas, dándome consuelo y compañía. Por lo tanto, yo estaba verdaderamente entusiasmada de saber que el Tío Abuelo William era de hecho Albert. Por otro lado, ya no tenía más el valor de hacerle las preguntas que me habían estado molestando durante su ausencia. ¿Cómo podría preguntarle a mi tutor si tenía sentimientos románticos por mí?
Como cada vez más incontrolables lágrimas corrían por mis mejillas, empecé a temblar. Cuando Albert me informó que él no sabía nada sobre el compromiso entre Neil y yo, las piernas me fallaron sin advertencia alguna, y me desplomé sobre el suelo alfombrado como si hubiera perdido toda mi fuerza. Él inmediatamente se apresuró en ir a mi lado para ayudarme y levantarme. Cuando nuestras miradas se encontraron, no podía creer lo que veía. Él parecía más encantador de lo que yo había recordado, sus sorprendentes ojos azules mirándome siempre tan tiernamente. Con mi voz temblorosa, finalmente pude hablar y le pregunté por qué me había ocultado su verdadera identidad todo este tiempo. Él se disculpó sinceramente de nuevo pero no respondió directamente a mi pregunta.
De rodillas a la mi lado, Albert estaba tan cerca pero tan lejos. ¿Podría él saber cuánto deseaba recostar mi cabeza sobre su pecho y abrazarlo como siempre lo había hecho antes? Pero me contuve de hacerlo dada a nuestra incómoda relación actual. En lugar de eso, con lágrimas derramándose por mi rostro, continué mirando el zafiro de sus ojos mientras él me observaba compasivamente, al parecer afectado por mis lágrimas. Al poco tiempo de estarnos mirando fijamente el uno al otro, él inesperadamente se puso de pie en toda su altura y me dejó sentada en el suelo, ofreciendo amablemente servirme una taza de té. A pesar de sorprenderme su extraño comportamiento, no podía evitar sino preguntarme si él también estaba tratando de contenerse él mismo de mí.
Después de haberme calmado completamente, quise expresarle a Albert mi sincera gratitud, dirigiéndome a él como Tío Abuelo William, pero mi discurso fue interrumpido. Él suavemente tomó mis manos y me pidió que me detuviera porque dijo que se estaba sintiendo avergonzado. En ese instante, yo estaba como desconcertada. ¿Por qué no quería él que yo continuara? ¿Era la vergüenza la única razón o era otra cosa?
Entonces él explicó que siempre había querido ser Albert, el alma libre, aunque sabía que su vida estaba obligada a ser William, el patriarca de la familia. Percibí que él todavía quería que yo lo considerara como Albert, el hombre que yo siempre había conocido.
Después, me contó algunas historias sobre su difunta amada hermana, Rosemary, la hermosa madre de Anthony, mientras paseábamos juntos alrededor de la Mansión, empezando primero por el jardín de rosas, visitando el portal de piedra de Archie y después el portal de agua de Stear. Este lugar estaba lleno de preciosos recuerdos para mí, así que consideré que debía ser muy doloroso para Albert ya que algunos de sus seres queridos habían fallecido. Por lo menos de la forma en que hablaba sobre Anthony, supe cuánto se había arrepentido por no haber hecho mucho por él durante su corta vida.
Cuando vi el bote con forma de cisne en el portal de agua, uno de los inventos de Stear que se había arruinado hace mucho tiempo, yo estaba un poco sorprendida. Albert me dijo que él lo había arreglado e inclusive me invitó a dar un paseo con él en el bote.
Pero terminamos empapados hasta los huesos ya que el bote accidentalmente falló cuando íbamos rumbo a la cabaña del bosque, donde nos habíamos conocido por primera vez cerca de la cascada. Para secar nuestras ropas, Albert me dio una frazada para que me envolviera con ella; él simplemente se quitó la camisa y se puso una toalla alrededor de su cuello. Nos sentamos uno al lado del otro frente a la chimenea para calentar nuestros cuerpos.
Esto me recordó el momento cuando Terry y yo estábamos sentados frente a la chimenea en Escocia, en la villa de su familia. Como si Albert pudiera leer mi mente, él casualmente mencionó las noticias sobre Terry, informándome que Terry había regresado a Broadway de acuerdo a algunos tabloides. Yo estaba genuinamente feliz por Terry, y en lo más profundo reconocí que el tiempo y la distancia indudablemente nos habrían terminado de separar.
Solo entonces, el pensamiento que Albert había sabido sobre mi viaje a Rockstown pasó por mi mente. Desafortunadamente, no me atreví a sondear por qué él me había enviado aquel paquete. Yo estaba segura que no importaba de qué forma abordara este tema, terminaría por decirle mis más profundos sentimientos por él y no estaba segura si él quisiera saber de ellos ahora.
Aunque Albert y yo estábamos apenas vestidos, sentí una mezcla de vergüenza y timidez. Siendo un caballero, apenas y me vio y permaneció firmemente enfocado en mantener el fuego en la chimenea atizando los leños ocasionalmente. Del mismo modo, evité verlo directamente ya que raramente lo había visto sin camisa incluso cuando él había vivido conmigo por más de un año. ¿Cómo podría alguien imaginarse que un joven soltero, bien parecido y con un cuerpo atlético como Albert, tendría a una hija adolescente como yo?
Mientras ambos mirábamos el fuego en silencio, hablé, diciéndole a Albert que George había sido quien me había enseñado como encontrar al Tío Abuelo William en Lakewood, dándome detalles específicos. Una risa contenida se escapó de sus labios mientras atizaba la leña con un palo. Él comentó, “Eso fue lo que yo había supuesto también. Definitivamente le agradeceré a George cuando tenga la oportunidad.”
“Yo también,” susurré.
Cuando intercambiamos una rápida mirada después de eso, sus ojos, brillantes a causa del reflejo proveniente del fuego, me cautivaron. Instantáneamente, el recuerdo del momento cuando me había mostrado por primera vez sus hermosos ojos años atrás, vino a mí, y no pude apartar los ojos de su rostro. Cuando él me devolvió la mirada, mi pulso se aceleró y pude sentir que me empezaba a sonrojar.
Entonces con una tierna sonrisa atravesando su rostro, simplemente dijo, “Candy, creo que nuestras ropas están los suficientemente secas ahora.”
Cuando nos estábamos cambiando en habitaciones separadas, me pregunté si era inapropiado que yo encontrara a Albert atractivo. Sinceramente, yo no sabía que él era mi tutor hasta hoy, y no había duda que yo había desarrollado ya fuertes sentimientos por él. No podía simplemente olvidarlo y sabía que tampoco quería hacerlo.
Con el corazón cargado, salí para encontrarme con Albert. Él amablemente me preguntó, “Candy, ¿Cuál es tu plan para esta noche?”
“¡Por todos los cielos! ¡No tengo ni idea!” exclamé. Desde que mi único propósito en venir a Lakewood era apelar a mi padre adoptivo para que cancelara el compromiso, no había siquiera planeado en donde pasaría la noche.
Mientras yo claramente estaba sin poder encontrar las palabras con que expresarme, mirando fijamente a Albert sin expresión alguna, el ofreció con una sincera sonrisa adornando sus labios, “¿Te gustaría quedarte aquí conmigo entonces?”
Al escuchar su invitación, mi estado de ánimo se aligeró. Inmediatamente accedí sin ninguna vacilación ya que ¡en otro lugar no podría estar más feliz! Él pareció estar encantado con mi respuesta y sugirió, “Entonces hagamos la cena juntos, Candy. Creo que ya debes estar hambrienta ya que ¡yo mismo me estoy muriendo del hambre! No he comido mucho desde esta mañana—“
Lo corté, aplaudiendo impacientemente, “¡Hurra! ¡No he probado tu comida en mucho tiempo!” haciendo énfasis intencionalmente en la palabra ‘mucho’.
Albert me dirigió una mirada contrita, exhalando un profundo suspiro. “Lo siento, Candy. No tenía otra opción sino irme…”
Abruptamente dejó de hablar, titubeando. Pronto, se serenó y reanudó el tema anterior, “Candy, ¿Empezamos a preparar la cena?”
Después de eso, Albert fue directamente hacia la cocina. Yo le seguí, ayudando con la preparación. Estando ocupado, él estaba inusualmente callado, probablemente absorto en sus pensamientos. Mientras tanto, dejé mi mente ir a la deriva de nuevo en lo que él había mencionado antes sobre no tener otra opción sino dejarme. Pude escuchar por su tono atribulado que no había sido una fácil decisión para él.
Solo entonces caí en cuenta por qué él había desaparecido aquella noche de invierno hace algunos meses. En el momento que el recuperó la memoria, había recordado la adopción. Desde entonces, el debió haber pasado por serios conflictos emocionales si tenía en efecto sentimientos por mí, y esta situación debió haber durado un tiempo hasta que él escuchó mi acalorada discusión con la casera del Magnolia. Tal vez después de escuchar el rumor que él fuera un pandillero y que nuestros vecinos ya se habían dado cuenta que no éramos realmente hermanos, finalmente había escuchado a su conciencia y decidido dejarme para siempre sin causarme más problemas.
Si ese era el caso, me hace sentido ahora por qué él no me haya contactado durante todo ese tiempo a excepción cuando trató de que regresara con Terry. Él probablemente habría querido olvidarse de sus sentimientos por mí en cuanto arreglara su confusión interna.
Teniendo estos pensamientos inquietantes en mi cabeza, aunque basados puramente en mis especulaciones, me sentí molesta, preguntándome si Albert ya había alcanzado su objetivo después de todo este tiempo sin mí a su lado. Al mismo tiempo, contemplé como poder obtener la respuesta para esta pregunta palpitante en mi cabeza.
Por el momento, Albert estaba tan absorto cocinando que ni se había dado cuenta que yo lo estaba observando. Cuando sintió que estaba siendo observado, paró lo que estaba haciendo y me sonrió, preguntando, “Candy, ¿Podrías pasarme por favor aquella tabla para picar que se encuentra allá?”
Actuó como si no supiera que yo lo había estado observando. Entonces me dio instrucciones de que hacer para ayudarle en la cocina. Mientras tanto, casualmente me dijo que cuando tuviera largos descansos entre sus viajes de negocios, se retiraría a la cabaña del bosque para pasar una noche o dos y disfrutar de la naturaleza e independencia. Había ya dado a conocer anticipadamente al personal de servicio que hoy sería uno de esos días, así que era por eso que había suficiente comida en la alacena para que él pudiera cocinar lo que quisiera.
“¿Vienes acá en bote también?” pregunté con una pequeña sonrisa, tratando lo mejor posible por distraerme. Al menos debería sentirme honrada que me haya llevado con él para hacerle compañía en su retiro.
Él sacudió la cabeza y dijo, “En realidad, la respuesta es no. Usualmente vengo aquí caminando por el río, disfrutando del paisaje en el camino.”
“¿Entonces por qué reparaste el bote de Stear?” Estaba curiosa.
“No lo sé. ¿Quizás porque imaginé que era un desperdicio dejarlo en la bodega?” terminó con una brillante sonrisa en su rostro.
“También pienso lo mismo, Albert”, estuve de acuerdo con él enseguida.
Después de una breve pausa, su sonrisa se transformó en una sonrisa de suficiencia mientras continuaba, “A propósito, George tenía razón en que me gusta pasar las mañanas en el solárium y que el personal de servicio no me molestaría para nada.”
Rápidamente respondí, “¡Pero tuviste un intruso esta mañana!”
Explotó en risas y me uní a él un poco después. Había pasado bastante tiempo desde que habíamos reído escandalosamente juntos.
Cuando la risa fue disminuyendo lentamente, indagué con el rostro serio, “Por favor sé sincero conmigo, Albert. ¿Perturbé tu soledad? ¿Preferirías estar a solas?”
Su expresión cambió casi imperceptiblemente. Fijando sus ojos en los míos, parecía luchar por encontrar las palabras adecuadas. Mientras esperaba, me estaba poniendo aprehensiva por lo que él iba a decirme. Verdaderamente quería saber por qué él me había traído aquí a la cabaña del bosque, su propio refugio. ¿De verdad disfrutaba pasar el tiempo conmigo o estaba siendo solamente cortés? La última cosa que deseaba escuchar de él era que quería fomentar el vínculo de padre-hija.
Un momento después, se rió entre dientes y desvió sus ojos de regreso para cocinar. “Todo lo contrario, Candy. Estoy más que feliz que te hayas aparecido hoy y aceptado mi invitación para acompañarme en este lugar.” Su voz era uniforme e incluso amable, pero ninguna emoción era evidente.
Cuando estaba pensando qué lo había hecho titubear en este momento, Albert cambió de tema diciéndome que uno de los sirvientes vendría por la mañana para comprobar que no se necesitara algo. La mayor parte del tiempo, Albert habría despedido amablemente al sirviente de vuelta, pero esta vez le dejaría una breve nota para que este contactara a George en su nombre.
“Le pediré a George que venga mañana por la tarde, y estoy seguro que él entenderá la razón por la qué le he pedido que venga. En todo caso, no quiero que los criados se enteren que tú estás aquí conmigo,” finalizó en tono práctico, observándome con una mirada determinante.
“¿Por qué? ¿Qué hay de malo?” No me había ofendido, pero tampoco terminaba por entenderlo.
“Eres muy inocente, Candy.” Su rostro se iluminó con una dulce sonrisa, y pacientemente me lo explicó, “No quiero que nadie sepa que estamos juntos y a solas, excepto George. La mayoría de los sirvientes no saben que tú eres mi… mi…” Él se detuvo pensativamente y me dio una mirada rápida antes de continuar, “Está bien, ellos no saben sobre nuestra relación.”
Estaba aliviada más allá de las palabras cuando me di cuenta que él estaba claramente reacio a decir que yo era su hija, así como yo no quería pensar que él era mi padre. Cuando estaba a punto de agradecerle por ser considerado, de repente preguntó preocupado, frunciendo las cejas levemente, “¿Confías en mí?”
¡Así que en realidad estaba tratándome como a una dama! Respondí con firme voz, “¡Por supuesto! Albert, siempre he confiado en ti, así que no necesitas preocuparte por eso,” le aseguré con una amplia sonrisa en el rostro. Después de todo, habíamos compartido la misma habitación como hermanos por más de un año y él siempre había sido un caballero.
“Gracias, Candy,” respondió en señal de alivio antes que cambiara su atención de vuelta para preparar la cena. Entonces comentó sin verme, “Sé que pude haberte presentado ante los sirvientes, pero no hoy. Tal vez la próxima vez cuando vengas de nuevo.”
Estaba intrigada por lo que me había dicho, lo que indicaba que había sopesado sus opciones y aun así decidido pasar el tiempo a solas conmigo, por lo menos por un día, sin ojos entrometidos alrededor de nosotros. Supe de hecho que de ser así, debíamos guardar la etiqueta cuando los sirvientes estuvieran con nosotros, lo que ninguno de nosotros disfrutaba mucho. Sin embargo el pensamiento de que Albert me había pedido que le acompañara en su refugio, significaba mucho para mí y me hacía sentir que yo era alguien muy especial para él, especialmente porque supuestamente era un tiempo en el que él disfrutaba de su libertad y de estar lejos de todos los demás.
Debo de admitir que había disfrutado un maravilloso tiempo con Albert a partir de ese momento. Pronto estábamos de vuelta en nuestra vieja forma de ser, tratándonos el uno al otro como solíamos hacerlo como si el tiempo no nos hubiera separado del todo. Después de tener una gran cena al aire libre mientras disfrutábamos de la gloriosa puesta del sol, regresamos a la cabaña del bosque para descansar. Albert sugirió que yo usara la única cama en la cabaña y que él dormiría en el sillón justo al lado de esta. Al principio, intenté protestar, bromeando que ya no debería de usar su cama, pero él insistió. Muy pronto, me rendí ante el agotamiento. Había sido un largo día para mí, y no tuve problemas en quedarme dormida, sintiéndome satisfecha que me había reunido con Albert por fin. De hecho, había pasado mucho tiempo desde la última vez que tuve un sueño maravilloso y profundo.
Después de pasar la noche con Albert y sus amigos animales dentro de la cabaña del bosque, al día siguiente me llevó a sus lugares preferidos en la zona, haciendo juntos todo tipo de actividades divertidas al aire libre. En resumen, no me había sentido tan viva y extasiada en meses, y estos dos días se convertirían definitivamente en algunos de los mejores recuerdos de mi vida.
En realidad, disfruté tanto de la presencia de Albert que realmente no me importó que hiciéramos mientras él estuviera allí conmigo. Después, incluso sugerí hacer dos largas cadenas de flores, un para él y otra para Pouppe, como un recuerdo de mi parte para ellos. Después de recolectar todas las flores que necesitaba, Albert me dijo en tono apenado que él no había dormido mucho la noche anterior, así que quería tomar una siesta mientras yo estaba trabajando en mi proyecto.
Se recostó justo detrás de mí y se quedó profundamente dormido en poco tiempo. Desde que sabía que George iría a recogerme pronto, hice mi mejor esfuerzo para trabajar tan rápido como pude. Pensando en George, de repente se me ocurrió que él debió haber percibido también los conflictos internos de Albert. ¿O se los habría confiado Albert? De todas formas, Albert debió haber contactado a George pronto después de su recuperación y reanudado su trabajo en los negocios familiares incluso aun cuando él había decidido permanecer conmigo en las afueras de Chicago. Fue por eso que Albert había tenido que trabajar tan duro cada día y eso también explicaba el por qué nuestros vecinos lo habían visto con otros hombres de traje negro y él tenía un ingreso extra de vez en cuando.
Así que el normalmente hermético George había optado por desobedecer al Señor William revelándome su paradero, completamente consciente que la Tía Abuela Elroy había empleado mal su nombre. Cuando me reúna después con George, me gustaría agradecerle con todo mi corazón, aunque no habían palabras que pudieran describir completamente cuan agradecida estaba con él por haberme llevado de regreso a Albert.
Durmiendo profundamente, Albert parecía tan tranquilo, guapo e incluso infantil. Lo miré con ternura en mi corazón y la sensación de calor que recorrió mi cuerpo estaba diciéndome que no estaba mirando a mi hermano o a mi padre, sino al hombre de quien yo estaba enamorada. Sin embargo, todavía no estaba segura que sentía Albert por mí; yo ciertamente esperaba que mis sentimientos no fueran unilaterales.
Por lo menos pude ver que él también había disfrutado bastante de mi compañía y nada de lo que había hecho implicaba en absoluto que él me consideraba como su hermana. De hecho, ninguno de los dos volvió a mencionar nunca nuestra relación adoptiva pero no podía negar que ambos mostramos cierta reserva y compostura. Ya sea intencionalmente o no, evitamos estar muy cerca el uno del otro físicamente hablando, exceptuando ahora cuando él está descansando justo detrás de mí.
Con ilusión, pensé que quizás Albert no podría dar el primer paso para confesar ya que él ¿Era supuestamente mi tutor? ¿Debería dejarle saber entonces mis sentimientos? Desde que yo no tenía ni idea de cuando lo volvería a ver, esta podría ser mi última oportunidad. Pronto, una idea me vino a la mente.
Después que había terminado mi excepcionalmente larga cadena de flores para Albert, lo desperté de su siesta. Mientras abría los ojos con renuencia, parecía aturdido por la profunda siesta. Inclusive se abofeteó a sí mismo una vez despierto y se frotó el rostro fuertemente. Un momento después, se irguió sobre sus codos, pero ligeramente arruinó la forma de la cadena de flores.
Así que le pedí que se volviera a recostar para poder arreglarla. Cuando terminé, él estaba visiblemente asombrado al ver mi trabajo final. La cadena tenía la forma de un corazón, conmigo dentro circundándome, y casi toda la cadena descansaba sobre la parte superior de su cuerpo.
Mientras se encontraba mudo, posiblemente todavía recuperándose de la impresión, le pregunté castamente, “¿Te gusta?”
Eso fue lo mejor que pude hacer para expresarme, pero entonces después de eso escuchamos una bocina. George ya estaba aquí por mí y yo sabía que tenía que irme. Quería preguntarle a Albert si lo vería de nuevo, pero creí que él se aparecería si así lo deseara. Supuse que mi mensaje para él estaba lo suficientemente claro.
(fin del flashback)
Sin embargo, cuando vi que Albert había venido hoy a la fiesta de compromiso para hacerle frente a la Tía Abuela Elroy por causa mía, me sentí profundamente conmovida. Eso mostró que él verdaderamente se preocupaba por mí ya que estaba supuestamente disfrutando de su descanso entre sus frenéticos viajes de negocios.
Solo entonces, mientras caminaba por la orilla del lago, sucedió que vi un fuerte árbol con ramas robustas y no pude resistir la tentación de treparlo a pesar de llevar puesto un vestido fino. Una vez estuve cerca de la copa del árbol, ¡la espectacular vista era impresionante! Creí que cuando Albert viniera después, estaría alegre en acompañarme para admirar el hermoso lago detrás de la magnífica mansión desde un punto alto.
¿O se comportaría como el Tío Abuelo William? Albert seguramente había actuado de manera muy diferente en la fiesta de compromiso como alguien quien tenía la autoridad absoluta en la familia. ¿Qué dirían los invitados sobre el Señor William, si lo vieran sentado en la rama de un árbol como un adolescente sin refinamiento alguno? Bueno, si el Señor William debe conservar su imagen intacta, yo siempre puedo bajar del árbol.
Cuando estaba anticipando si Albert tenía algo específico que decirme, me di cuenta que no le había escrito a mis madres en el Hogar de Pony por mucho tiempo ya. Ya era hora de ponerlas algo al día. En particular, describiría como había conocido a mi padre adoptivo y como él había venido en mi rescate para el forzado compromiso.
No hace falta decir, que no iba a decirles sobre mis sentimientos por mi tutor. Primero, no quería que mis madres se preocuparan por mí. Más importante, yo misma estaba muy confundida sobre mi relación con Albert. Deseaba que no se hubiera referido hacia mí como “su importante hija adoptiva” cuando le estaba hablando a la Tía Abuela frente a todos los invitados. Sabía que era verdad, con todo hirió mis sentimientos. Tenía la sensación que todo esto fue por protegerme de los perversos chismes debido a la acusación de Neil sobre nosotros de haber vivido juntos en el pasado.
En última instancia, quiero descubrir que es lo que Albert piensa sobre nosotros o sobre nuestra relación, en lo profundo de su corazón.
¿Quién soy yo para Albert?
=o=o=o=
Nota de la autora:
Me sentí tan deficiente cuando intenté describir como Candy descubrió la verdadera identidad de Albert y sus subsecuentes reacciones. Fue un momento impactante para ambos pero muy romántico e incluso agridulce. No importa cuando esfuerzo haya puesto en ello, aún tenía la sensación de que no había hecho lo suficiente por capturar la esencia y belleza de este episodio en el manga.
También, sé que este encuentro en Candy Candy Final Story es un poco diferente, pero me prefiero más el encuentro en la versión manga.
es agradable seguir conociendo la historia de Candy gracias por escribir
De nada!! Gracias por leer! 😀
Que bueno que ahora pueda leer tus historias en mi lengua natal (español) gracias a la persona que te ayuda en la traducción y gracias a ti por compartir tu talento de escribir tan bonito.
Muchas gracias por leer!!!! Siiiii, gracias a QuevivaCandy!! 🙂
Gracias por leer! 🙂